Las lesiones en el cuello uterino son alteraciones en el tejido que recubre la parte inferior del útero. Estas lesiones pueden variar en gravedad y a menudo están asociadas con infecciones de transmisión sexual (ITS), aunque no todas las lesiones están relacionadas con enfermedades infecciosas. Aquí hay algunas lesiones comunes en el cuello uterino:
Erosión cervical o ectropión: Esta es una lesión benigna que involucra el desplazamiento de las células del revestimiento interno del cuello uterino hacia el área externa. No siempre causa síntomas, pero puede contribuir a la secreción vaginal y, en algunos casos, a sangrado leve.
Pólipos cervicales: Son crecimientos benignos que se desarrollan en el cuello uterino. Aunque la mayoría son inofensivos, algunos pueden causar sangrado anormal o molestias, lo que puede requerir tratamiento.
Lesiones premalignas o displasia cervical: Estas lesiones son cambios celulares anormales en el cuello uterino que pueden progresar a cáncer cervical si no se tratan. La displasia cervical se clasifica en grados, siendo la neoplasia intraepitelial cervical (CIN) de grado 1, 2 y 3. El CIN 3 es considerado una lesión precancerosa.
Condilomas (verrugas genitales): Causadas por el virus del papiloma humano (VPH), las verrugas genitales pueden desarrollarse en el cuello uterino y otras áreas genitales. Aunque son benignas, pueden causar molestias y, en algunos casos, requieren tratamiento.
Cáncer cervical: El cáncer cervical es una forma más grave de lesión que implica el crecimiento descontrolado de células anormales en el cuello uterino. La infección persistente por ciertos tipos de VPH es un factor de riesgo importante para el desarrollo de este tipo de cáncer.
El diagnóstico y tratamiento de las lesiones cervicales suelen implicar exámenes ginecológicos regulares, como la citología cervical (Papanicolaou) y pruebas para detectar el VPH. Los tratamientos pueden incluir procedimientos para extirpar o destruir las lesiones, y en algunos casos, seguimiento cercano para monitorizar la progresión.
Es fundamental que las mujeres se sometan a exámenes ginecológicos de rutina y pruebas de detección, como la citología cervical y la prueba de VPH, según las recomendaciones de sus profesionales de la salud, para detectar y tratar cualquier lesión en el cuello uterino en sus etapas iniciales.